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La disyunción fatal ¿salvar vidas o salvar la economía?

Cristina Campagna

Por Cristina Campagna

La Modernidad que surge en la Florencia de Los Médicis proclama;

a) la exigencia de la exactitud, devalúa lo cualitativo ante lo cuantitativo

b) la perspectiva única basada en la reducción euclidiana de la geometría, fundamento del pensar de occidente que niega las perspectivas múltiples

c) lo visual como forma exclusiva de conocimiento, todo es dominado por la precisión y el cálculo

d) lo disyuntivo niega la analogía, que con Descartes el pensamiento sólo es capaz de advertir la oposición por ejemplo alma-cuerpo pero no así su relación, promulgando de ahí es más las falsas disyuntivas entre el individuo o la sociedad, individualismo o colectivismo, o las que hoy nos ocupa vidas humanas o economía.

La disyunción moderna que piensa en términos identidad-oposición y no en términos de diferencia-complementariedad, va a ser superada desde que Niels Bohr en la comprensión de la luz como onda o corpúsculo, es una disyunción inclusiva, es decir, bajo ciertas condiciones se comporta como onda o en otras como corpúsculo.

Otra transformación radical es la hegemonía del mercado, con total independencia del horizonte ético social, Sólo cuenta desde esa perspectiva lo que se puede medir y contar, lo demás es degradado. Esta idea del homo oeconomicus impide toda posibilidad de justicia distributiva, reconoce los bienes de la naturaleza en tanto la posibilidad de acumulación y en tanto despreocupación por lo ecológico.

Esta síntesis del pensamiento moderno sirve para entender desde que perspectiva, la neoliberal se piensa la disyunción fatal y prioriza la economía sobre la vida …

Pensar la disyunción como complementariedad condice la otra mirada, la de la ruptura con el pensamiento de la modernidad, priorizando la justicia social, la mirada ética de la política y de la economía, que sostiene la economía como dependiente de la política y no al revés

Entonces, la preocupación por la vida tanto humana como la de la naturaleza complementarias no excluyentes, es la exigencia de nuestro presente, no hay sitio para antinomias excluyentes.

El cuidado de la vida natural y social es el imperativo y es falsa la actual afirmación de la oposición no solo de la local sino también la internacional (Trump, Bolsonaro, etc.) sostiene que el excesivo cuidado de la vida traerá más muertes como resultado de la pobreza resultante. Es falsa porque sigue la lógica de la antinomia moderna, se la piensa en términos de disyunción´, pensado en términos de complementariedad es necesario recrear la política y la economía desde el horizonte del Bien Común.