Descripción
Una política es más que un listado de propósitos y también más que un conjunto de instrumentos. En estos años de gestión pública al frente de distintos instrumentos de política -programas y proyectos de desarrollo rural- dedicamos una parte de nuestro tiempo a explicitar la política subyacente en ellos para asumirla o discutirla con el fin de comprenderlos, ejecutarlos con razonable eficiencia o, en su caso, modificarlos. También destinamos una porción de nuestro esfuerzo a adecuarlos a la política nacional de desarrollo rural vigente, ya fuera explícita o presunta.
No podíamos dejar de hacerlo porque, como hemos visto, al menos hasta la creación el Ministerio, los programas, proyectos y demás instrumentos parecían tener una vida propia, autosuficiente (…) No es que esto haya cesado totalmente, pero un proceso distinto está en marcha y puede, en el corto plazo, comenzar a dar frutos. Estamos hablando de un proceso que, a la inversa de aquel en el cual las políticas se elaboran pro medio de la yuxtaposición de instrumentos preexistentes o posibles, se oriente más bien a instrumentar políticas públicas explícitas, elegidas abiertamente y conscientemente construidas: en el principio u origen de los programas y proyectos debe estar la política y no, al revés.
